25 de agosto de 2010

Sobrecarga

Con un pequeño símil, vamos a intentar explicar por qué odiamos tanto a ciertas tipografías o ciertos diseños (o yéndonos ya a lo general, estílos enteros).

La cosa es muy sencilla. Un diseñador, o en ocasiones una persona de la calle que puede o no tener estudios relacionados con la gráfica, tiene una idea fantástica que puede que llegue a multitud de personas (un amplio target), con lo cual, es una idea muy valiosa económicamente hablando si ese producto se llega a comercializar.

Bien. El caso que pondré como ejemplo, hará rechinar los dientes de mas de uno o una (y de una que yo me sé, en concreto, mas aún). Las camisetas de "I Love my boy". (PUAG, sí, lo sé)

¿Alguien sabe de donde salió esa moda? ¿Alguien sabe de donde sale esa imagen?

Un poco de historia...

El origen de los diseños de las famosas camisetas de Blanco (y mas tiendas, pero la epidemia comienza aquí) se remonta a mediados de los años '70, cuando Milton Glaser, ilustrador y diseñador neoyorkino, diseñó el famoso logo de INY. (...)




Se produjo un "boom", y muchas otras ciudades se apropiaron del diseño de Glaser para promocionar su "lo que fuese". Desde eventos a pueblecillos (como diría alguno, IMatalascabrillasdelmonte).

En este punto de la historia, todos estamos ya hasta la coronilla del logo de NY y de verlo en todas partes.
Es una pena que su valor gráfico se devalúe de tal manera, pero en fin...
Por supuesto también tenemos las famosas camisetas con INY, omnipresentes en toda maleta de cualquier turista que ose visitar la ciudad.

Y aquí entran James&Joe, dos diseñadores de camisetas que un día (no voy a decir felíz, porque fue el comienzo de un lamentable suceso) crearon estos diseños para ponerlos en su web de venta online.
La camiseta en cuestión costaba 19'90£, y por supuesto que ya no está a la venta porque está agotadísima.





¿Qué hacen las marcas como Blanco, Zara, Bershka (Inditex en general), NewYorker, Pimkie, Topshop, etc? Pues copiar a los demás. ¿Que esa camiseta se vende como churros? Pues la copio, y a correr.

El resultado es una catástrofe. Sales a la calle y das un paseo de 5 minutos y te cruzas al menos una de estas camisetas (no te digo nada como entres en un instituto o universidad). Mas bien, salías, porque gracias a dios, la prenda en cuestión fue novedad la temporada pasada y hace bastante tiempo que sus propietarias se aburrieron de ella...


Pues lo mismo pasa con todos los diseños. Puedes tener una idea cojonuda, que suponga una revolución y que guste a todo el mundo, pero como a uno se le encienda la bombilla de apropiarse de tu trabajo (lo que de toda la vida llamamos COPIAR, y sabemos que está mal), van todos detrás.

En concreto, con muchos estilos de diseño gráfico esto es lo que ha ocurrido. Hace no mucho tiempo, el "caos controlado" y los arabescos (cononcidos como "floral grunge")  invadían todos los carteles, folletos, cortinillas de tv, etc.
Parece que últimamente volvemos a la sencillez y la limpieza formal.

Y en ilustración, es ya un tema para coger con pinzas, porque aquel que triunfa con un estilo, será imitado hasta la saciedad. 

En los años '50, Edmond Kirazian, más conocido por Kiraz. Realiza imágenes para Vogue, Playboy
 
Labanda se echa a sus espaldas una originalidad y virtuosismo que no le pertece
Y en cuanto a las tipografías, evitando meterme ya con la Comic Sans, esta vez le toca a la "Neue Haas Grotesk", o la Helvética (bueno, esta vez no, "otra" vez). Porque no creo que utilizar esta tipografía en todo sea la solución a un problema gráfico. Un buen diseño no se basa en utilizar una tipografía con historia para que "me saque del apuro", sino que hay que aplicarla correctamente, si cometer fallos en cuanto a las normas de composición tipográfica, etc. Y si (repito una vez mas) nos esforzamos en buscar la tipografía idónea, mejor que mejor.

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