10 de marzo de 2010

ALGO PASA


Aiúrame!

Son casi las 11 de la noche y me veo en la obligación (o más bien obligada) a escribir unas líneas en este tan queridísimo blog.

Como estudiante que eres, has sido, o serás (cosa que no creo que ocurrirá a no ser que tú, querid@ lector@ tengas una edad por debajo de tres años o estés dispuesto a retomar unos estudios que nunca has empezado) estoy segura de que en algún momento te has visto agobiad@ por la cantidad de exámenes/trabajos que te han mandado en tu carrera /módulo /licenciatura /bachiller/ estudios en general (existen tantas especialidades que no sé nombrarlas todas).

Pues bien, he querido dedicar esta entrada a todas aquellas personas que hacen que este agobio vaya a más.

¿Qué me decís de esos profesores que creen que su asignatura es la más importante, y con diferencia, sobre las demás? (¿Recordáis aquel profesor de gimnasia, o con perdón, educación física, que creía que era primordial en la vida de cualquier estudiante realizar una buena marca en el Test de Cooper? ¿O el profesor de lengua que impartía sus clases de sintaxis como si se tratara de una tesis doctoral?) Pues bien amigos, he de deciros que esto sigue a lo largo de los años y parece ser que se trata de una magnitud directamente proporcional: cuantos más años tengas, más intentarán putearte (perdón por la expresión, pero es idónea en estos momentos).

Pero ya saliendo del profesorado que imparte las clases, que cada uno es como es y así hay que respetarlo, prefiero centrarme más en los “compañeros” de clase (afortunadamente siempre se encuentran almas afines que luchan por una buena causa). ¿Qué me decís de aquellos que nada más entrar en bachiller notificaban bajo comunicado oficial que iban a estudiar una carrera universitaria en la que necesitaban una nota media muy alta?

Por supuesto, doy por hecho que si habéis tenido compañeros así, no les habrán subido las notas porque sí, ¿verdad? (IRONÍA)

Pues bien, esta tradición también sigue en nuestros estudios, solo que con un pequeño cambio en su esencia.

Ahora lo que se busca es llamar la atención, destacar.

No pretendo con este post criticar a nadie, ya que nosotros hemos salido a la calle con caretas de peluche para hacerlo. Es sólo una llamada de emergencia (por favor, que nadie recuerde con esta palabras ninguna canción de reggeaton).

Y es que, como muy bien dijo uno de los grandes maestros de todos los tiempos, Leonardo Da Vinci:

Quien de verdad sabe de qué habla, no encuentra razones para levantar la voz.



He dicho.

Muy buenas noches

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