Hoy, me dispongo a escribir sobre uno de los productos actuales más bonitos que ha pasado por mis manos. Recientemente, he sido gratamente obsequiada con pequeño tesoro digno de ocupar la estantería como elemento de decoración y no como un nombre más en mi biblioteca personal. Se trata de Ghostgirl, una saga de libros nacida en el 2008 que desde entonces me ha tenido cautivada. No tanto por la originalidad del tema, ya que trata la muerte desde un punto de vista totalmente fuera de lo normal sino por su excelente diseño editorial.
En los dos publicados en España (existe un tercero que, desde la información a la que he podido acceder, aún no ha sido publicado aquí) se crea un juego de dos colores, el negro y el rosa para el primero, y el negro y el azul para el segundo, además de usar una tinta plateada. A todo esto, sumarle el hecho de que usa acetatos para crear juegos de profundidades e imagen y que el canto de cada una de las hojas del libro, están cubiertas de un color, según sea rosa o azul, lo que crea un aspecto diferente al del libro convencional.
Con esto, estoy acabando el libro y no me da tanta pena por acabar con la historia (aunque sé que existe segunda parte) sino por el hecho de sacarlo y mostrarlo como uno de mis juguetes favoritos.
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