Máquinas y fieras: Miroslav Tichy

16 de julio de 2010

Miroslav Tichy

La historia detrás de estas fotografías, me ha conmovido de alguna forma, acostumbrados a vivir siempre en contacto continuo unos con otros, con valores estéticos tan formalizados, siempre resulta chocante observar una obra artística que contradiga todos esos valores comúnmente aceptados y a la vez sea tremendamente bella.

Miroslav Tichy era un excéntrico y dotado alumno de la Academia de Bellas Artes de Praga, y la pasión de su vida era la pintura, el 24 de febrero de 1948 tiene lugar el golpe de Estado de los comunistas checoslovacos que derrumba el Gobierno democrático en el poder, las modelos para dibujo del natural se cambiarón por obreros con mono .Tichy se unió entonces a un grupo de artistas rebeldes a la estética oficial durante un tiempo, lo que le trajo problemas, su actitud fue interpretada como una forma de disidencia por las autoridades comunistas, que empezaron a controlarle, a impedirle ejercer la pintura y a acosarle hasta encerrarle en cárceles y hospitales psiquiátricos durante tres lustros.

Una vez libre, Tichý se instaló en una infravivienda en su pueblo natal, Kyjov. Se trataba, sin embargo, de una libertad limitada, ya que le estaba prohibido pintar. Fue entonces, en los años sesenta, cuando decidió dedicarse a la fotografía. Desde entonces Miroslav toma 100 fotografías diarias de las mujeres del pueblo, representando situaciones cotidianas, con la belleza femenina como objeto de sus fotografías, con cámaras que el mismo fabrica con basura, el mismo rebela sus fotografías también con desechos que encuentra en la basura.

Si por el fuera nunca se hubiera conocido su trabajo, en el pueblo en el que vive mendigando nadie toma en consideración su trabajo, pero un amigo de la familia y psiquiatra Roman Buxbaum que conocía a Miroslav desde niño descubrió sus fotografías y ante el rápido envejecimiento de Miroslav , Roman se llevó parte del material a Zúrich para enseñarlo a los dueños de una galería ya que sino el trabajo de Miroslav caería en el olvido. Y desde allí empezó a circular por el mundo. Pasó por la Bienal de Sevilla de 2004, por la Nolan / Eckman Gallery de Nueva York, por la Kunsthaus de Zúrich (justo tras una exposición de Henri Cartier-Bresson), por la galería Arndt de Berlín. Algunas de sus fotos alcanzaron una cotización de entre 4.000 y 8.000 euros en el mercado. Y un documental sobre su vida y obra, Tarzan in pension, que el propio Buxbaum dirigió.